Cábala de un corazón

Supongo que eventualmente cruzas,
te mientes, te esquivas y te caes,
te comes la mitad de la naranja,
te miras, te ignoras y te hieres,
y salís corriendo para la casa

Supongo que casualmente llegas,
le hablas, le escuchas y le piensas,
le rajas la mitad de la fachada,
le amas, le matas y le cuidas,
y resurgís sonriendo para la ventura

Sospecho que inexorablemente mojas,
te calmas, te viertes y te repones,
te quitas la mitad de la vestidura,
te excitas, te quemas y te sumerges,
y proseguís íntimamente para la cama

Sospecho que disolutamente liberas,
le besas, le abrazas y le provocas,
le borras la mitad de la minuta,
le desatas, le aruñas y le aprietas,
y vivís apasionadamente para la gloria.